Encargado por el emperador Antonino Pío en el año 141 d.C. para honrar a su esposa Faustina, el templo se ubica en el Foro Romano y es fácilmente reconocible por sus columnas corintias de mármol Cipollino. Tras la muerte de Antonino, el Senado lo dedicó a ambos, y siglos después se transformó en la Iglesia de San Lorenzo in Miranda. El podio de mármol, las imponentes columnas y restos de ricas decoraciones muestran su grandeza imperial. Cerca de otras ruinas notables, ofrece un vistazo a la transición de Roma de rituales paganos al culto cristiano. Usa zapatos cómodos para explorar el terreno irregular del Foro y no olvides consultar el horario de acceso público.
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