La Porta Palatina es una puerta de la ciudad en Turín, Italia, ubicada en el lado occidental de la antigua muralla de la ciudad. Se cree que fue construida alrededor del año 28 a.C., lo que la convierte en una de las puertas más antiguas de la ciudad. La puerta consiste en tres arcos, con el central más grande típicamente utilizado para acomodar carruajes, mientras que los laterales más pequeños permitían el paso de peatones. El revestimiento de ladrillo fue añadido durante las obras de restauración en el siglo XVI. No fue hasta 1706 que la Porta Palatina recibió el nombre que todavía lleva hoy, el cual fue tomado de la cercana Puerta Palatina. Hoy en día, la puerta se erige como un símbolo de uno de los gobernantes más poderosos e influyentes de Turín: Carlos Emanuel de Saboya, quien fue la fuerza principal detrás de la construcción de esta impresionante estructura. Los visitantes de la puerta aún pueden admirar sus antiguas esculturas, torres y frescos, que representan una pieza única de la historia de Turín.
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