La Basílica de San Frediano es una iglesia católica romana de estilo románico del siglo XI ubicada en la ciudad toscana de Lucca, Italia. Construida en estilo romano utilizando mármol blanco, la basílica tiene varias cúpulas y una gran torre central. En su interior, se pueden encontrar algunas piezas de decoración barroca bajo los arcos. Notable por su tamaño y belleza, la fachada de la basílica muestra las intrincadas tallas de los canteros de Lucca del siglo XI. Estas tallas también aparecen en la fachada izquierda, representando escenas religiosas. Las paredes de la basílica miden 55 metros de largo y 12 metros de alto, otorgándole una presencia impresionante en la ciudad. Incluso hay un prado de flores silvestres en la parte trasera del edificio, que da al antiguo mercado. En el interior, la basílica cuenta con obras decorativas de mármol del siglo XII, incluyendo el magnífico suelo de mosaico de la nave, que representa escenas de caza y otras escenas de la vida cotidiana en la Edad Media. También hay una pila bautismal en forma de gran concha de mármol, ubicada en el transepto. La basílica también alberga varias esculturas y pinturas de gran belleza, lo que aumenta su valor histórico y artístico.
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